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Prisión de Guantánamo: 22 años de horror, tortura e impunidad

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Aram Aharonian

Este año se cumplen 22 años de la creación de la infame prisión de Guantánamo en el territorio ocupado ilegalmente por Estados Unidos en Cuba. En 2002 el exmandatario George W. Bush abrió la cárcel, y hace trece años el expresidente Barack Obama firmó una orden para su desmantelamiento, pero el campo de concentración sigue activado.

A raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos decidió abrir un centro de detención en la Base Naval estadounidense en Guantánamo, Cuba. El gobierno de Estados Unidos consideró que mantener a los detenidos fuera del territorio estadounidense privaría a las cortes federales de jurisdicción respecto de las denuncias de los detenidos. Siete años después esta premisa fue declarada inconstitucional.

El expresidente Barack Obama dijo que Guantánamo «es una instalación que nunca debió haberse abierto [y] que se ha transformado en todo el mundo en un símbolo de un Estados Unidos que menosprecia el estado de derecho», pero no la cerró. El hecho de que un Estado se enfrente al terrorismo no debe dar a lugar a que se restrinja la protección de la integridad física de la persona.

Lejos de ser un símbolo de la democracia, la Casa Blanca se ha convertido en el emblema de la violación a los derechos humanos. 22 años después, un grupo de activistas sigue denunciando la existencia y operaciones de la infame prisión de Guantánamo, un territorio ilegalmente ocupado por EEUU en Cuba, pero que sirve como un centro de torturas y horror.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló que el Gobierno de Estados Unidos autorizó el uso de «técnicas de interrogatorio reforzadas», las cuales incluían confinamiento estrecho, la técnica de pared, posiciones de estrés, privación del sueño, «submarino», privación sensorial, golpizas brutales, descargas eléctricas, hipotermia inducida, submarino seco, entre otros tipos de tortura.

Dos meses después de la apertura de las instalaciones en Guantánamo, la CIDH fue la primera instancia internacional en llamar a Estados Unidos a tomar medidas urgentes para respetar los derechos fundamentales de los detenidos y fue el primer órgano cuasi-jurisdiccional en pedir el cierre de Guantánamo.

La alimentación forzada se ha utilizado en las huelgas de hambre iniciadas por los prisioneros como protesta. Un juez estadounidense describió la alimentación forzada como un «proceso doloroso, humillante y degradante». Adnan Farhan Abdul Latif, quien describió la alimentación forzada como «que te metan una daga por la garganta», se suicidó en Guantánamo en 2012.

Desde 2002, más de 779 personas han pasado por estas instalaciones. Bajo la justificación de la supuesta «Guerra contra el Terror» y posteriormente, so pretexto de la Seguridad Nacional, el gobierno estadounidense ejerce la muerte, tortura y el terrorismo de estado. Una escena que los medios corporativos prefieren callar. Treinta varones musulmanes entrados en años, dañados física y psicológicamente, continúan retenidos en esta prisión-campo de concentración.

El 93% de los detenidos no fueron detenidos por EEUU, sino vendidos o entregados a cambio de una recompensa en metálico. Veintidós niños y adolescentes fueron detenidos: Omar Khadr, de 15 años se le negó atención médica, se lo mantuvo en una celda con perros feroces, se lo amenazó con abuso sexual y su cabeza estuvo cubierta con una bolsa de plástico.

Guantánamo, es un pedazo de Cuba que los Estados Unidos decidió alquilar, sin el consentimiento de su dueño, que mide 117 kilómetros cuadrados, por los que los Estados Unidos mismos, han decidido deben pagar 4 mil dólares anuales de alquiler. Que en un ejercicio de dignidad, Cuba no permite que le sean pagados. El territorio ha sido usurpado desde 1903.

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